La religión puede hacer el bien mejor y también el mal peor

Todo lo que está sano puede enfermar. También las religiones y las iglesias. Hoy particularmente asistimos a la enfermedad del fundamentalismo contaminando a sectores importantes de casi todas las religiones e iglesias, inclusive de la Iglesia Católica. A veces hay una verdadera guerra religiosa. Basta seguir algunos programas religiosos de televisión especialmente, de tendencia neopentecostal, pero también de algunos sectores conservadores de la Iglesia Católica, para oír que condenan a personas o de grupos de ciertas corrientes teológicas o satanizan a las religiones afrobrasileras.
La mayor expresión del fundamentalismo guerrero y exterminador es el representado por el Estado Islámico que hace de la violencia y del asesinato de los diferentes, expresión de su identidad.

Pero hay también otro vicio religioso, muy presente en los medios de comunicación de masas especialmente en la televisión y en la radio: el uso de la religión para reclutar gente, predicar el evangelio de la prosperidad material, sacar dinero a los feligreses y enriquecer a sus pastores y auto-proclamados obispos. Tenemos que ver con religiones de mercado que obedecen a la lógica del mercado que es la competencia y el reclutamiento del mayor número posible de personas con la máxima acumulación de dinero líquido posible.

Si nos fijamos bien, en la mayoría de estas iglesias mediáticas el Nuevo Testamento raramente es mencionado. Lo que predomina es el Antiguo Testamento. Se entiende el por qué. En el Antiguo Testamento, excepto los profetas y otros textos, se resalta especialmente el bienestar material como expresión del agrado divino. La riqueza gana centralidad. El Nuevo Testamento exalta a los pobres, predica la misericordia, el perdón, el amor al enemigo y la solidaridad ilimitada con los pobres y caídos en el camino. ¿Dónde se oye, hasta en los programas católicos, las palabras del Maestro: “Felices vosotros, pobres, porque vuestro es el Reino de Dios”?

Se habla demasiado de Jesús y de Dios como si fuesen realidades disponibles en el mercado. Tales realidades sagradas, por su naturaleza, exigen reverencia y devoción, silencio respetuoso y unción devota. El pecado que más se da es contra el segundo mandamiento: “no usar el santo nombre de Dios en vano”. Ese nombre está pegado en los vidrios de los automóviles y en la propia cartera del dinero, como si Dios no estuviese en todos los lugares. Y Jesús para acá y Jesús para allá en una banalización desacralizadora irritante.

Lo que más duele y escandaliza verdaderamente es que se use el nombre de Dios y de Jesús para fines estrictamente comerciales. O peor, para encubrir desfalcos, robo de dineros públicos y blanqueo de dinero. Hay quien tiene una empresa cuyo título es “Jesús”. En nombre de “Jesús” se amasan millones en sobornos, escondidos en bancos extranjeros y otras corrupciones que atañen a los bienes públicos. Y esto se hace con el mayor descaro.

Si Jesús estuviera todavía entre nosotros, sin duda haría lo que hizo con los mercaderes del templo: tomó el látigo y los puso a correr además de derribar sus puestos de dinero.

Por estas desviaciones de una realidad sagrada, perdemos la herencia humanizadora de las Escrituras judeocristianas y especialmente el carácter liberador y humano del mensaje y la práctica de Jesús. La religión puede hacer el bien mejor pero también puede hacer el peor mal.

Sabemos que la intención original de Jesús no era crear una nueva religión. Había muchas en aquel tiempo. Tampoco pensaba reformar el judaísmo vigente. Quería enseñarnos a vivir guiados por los valores presentes en su mayor sueño, el reino de Dios, hecho de amor incondicional, misericordia, perdón y entrega confiada a un Dios, llamado “papá” (Abba en hebreo) con características de madre de bondad infinita. Él puso en marcha la gestación del hombre nuevo y de la mujer nueva, eterna búsqueda de la humanidad.

Como lo muestra el libro de los Hechos de los Apóstoles, el Cristianismo inicialmente era más movimiento que institución. Se llamaba el “camino de Jesús”, realidad abierta a los valores fundamentales que él predicó y vivió. Pero a medida que el movimiento fue creciendo, se convirtió inevitablemente en una institución con reglas, ritos y doctrinas. Y entonces el poder sagrado (sacra potestas) pasó a ser el eje organizador de toda la institución, ahora llamada Iglesia. El carácter del movimiento fue absorbido por ella. Por la historia sabemos que allí donde prevalece el poder, desaparece el amor y se desvanece la misericordia. Eso es lo que por desgracia pasó. Hobbes nos advirtió de que el poder sólo se asegura buscando más y más poder.

Y así surgieron iglesias poderosas en instituciones, monumentos, riquezas materiales e incluso bancos. Y con el poder la posibilidad de corrupción.

Estamos presenciando algo nuevo que hay que saludar: El Papa Francisco nos está recuperando el cristianismo más como movimiento que como institución, más como encuentro entre las personas y con el Cristo vivo y la misericordia sin límites que como disciplina y doctrina ortodoxa. Ha puesto a Jesús, a la persona en el centro, no el poder, ni el dogma, ni el marco moral. Con eso permite que todos, aun los que no se incorporan a la institución, puedan sentirse en el camino de Jesús en la medida en que optan por el amor y la justicia.

*Leonardo Boff, columnista del JB online ecoteólogo y escritor

Traducción de MJ Gavito Milano

4 comentários sobre “La religión puede hacer el bien mejor y también el mal peor

  1. Obrigada por este brilhante texto! Venho falando sobre isto com meus amigos há tempos! Principalmente, o uso do antigo testamento para fins que vão além, muito além da religião e que deturpam os ensinamentos cristão.
    Mais uma vez, obrigada!

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  2. La religión nació como un camino de salvación, esperanza, de futuro, de entendimiento entre las personas y de éstas con Dios…No comparto que el autor la califique como institución de violencia, de confrontaciones, cuando del “no”, de sumisión a dogmas, pasa al “ven”, de la sensibilidad, la misericordia por el sufrimiento del Cristo (Castillo José María. “La religión de Jesús”).
    Se institucionalizó lentamente, con reglas, ritos y doctrinas con poder sacro, organizador, delimitador, la Iglesia, disminuyendo el amor, desvaneciendo la misericordia, juntándose con el poder político hasta conformar el Estado Vaticano, que hoy tiende, con el Papa Francisco, a la ortodoxa misericordia, con sus ritos y dogmas de la mariolatría y santoral (Boff Leonardo. 04/11/15.
    La religión puede hacer el bien mejor y también el mal peor)
    Como estructura de lazo social, puede legitimar violencia, pero entre ideologías diferentes, de imposición, de acatamiento, a principios insuperables dogmáticos, confesiones, credos, oraciones eisegéticas (Competencia de ensayos Globethics.net – Ética, religión y violencia)
    Que la religión es para el pobre ¿Por qué no usar el término vulnerable? Los que pudiendo tener todo, no logran ser felices, por el medio en el que viven, por baja autoestima, déficit mental o trastorno superlativo de la pareja; los que sufren psicobiológicamente; los huérfanos, los adoptados, la viuda, el extranjero, los deportados, releyendo a Santiago, 1:27 (¿Cómo decirle al pobre que Dios lo ama? Entrevista a Gustavo Gutiérrez. Vida pastoral.com)

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  3. Odeciomendesrocha Mendes Rocha
    Agora mesmo · Fortaleza ·
    O CASSINO DA ECONOMIA ESPECULATIVA MUNDIAL
    Depois que o capitalismo clássico morreu e sua modernização, o socialismo real, a nova estratégia de sobrevida do sistema econômico foi abandonar a racionalidade produtiva da economia real e viver independente das categorias fundantes dos sistemas econômicos internacional, tais como: trabalho abstrato, trabalho vivo e sua manifestação, o dinheiro real.
    O grande cassino das especulações financeiras não mais interessa se o desemprego estrutural aumentou ou não; se a produção está em seu limite; se o dinheiro da produção real acabou ou não.
    Vivem, com esta nova estratégia, como senhores do mundo a mandar em todas instituições financeiras do mundo. Ordens que devem ser cumpridas à rigor, tais como: contenção de despesas de todas as nações – salários, lucros, despesas administrativas das nações etc.
    Outro problema que poucas pessoas estão vendo é que as 500 transnacionais que mandam a nível mundial, estão independentes da economia real apenas por estratégia, mas dependem indiretamente do sistema produtivo global.
    O jogo de apostas do “capitalismo de cassino” (Kurtz), que somente é válido jogar nas ações e títulos das grandes empresas internacional arriscando ganhar ou perder trilhões de dólares por dia dependo, no final do dia, conferindo o pregão se ganhou o se perdeu…
    Estas 500 empresas transnacionais opera com a produção zero valor, porque sua produção está toda informatizada, robotizada pela revolução eletrônica, ora em curso, quebrando as médias e pequenas empresas do mercado mundial.
    O dinheiro fictício, segundo Marx, do Mercado Financeiro Internacional, enriquecem figurões como Bill Gates, George Soros. Este último, antes do crash de 2,008, em wall street, sua riqueza equivalia a 49 nações. Eles vivem nervosos. Conta-nos George Soros em um de seus livros que Bill Gates construiu uma mansão-castelo com centenas de colchões cheio de notas de dólares, com medo ficar pobre num piscar de olho, nas bolsas de valores.
    George Soros é tão potente e grandioso que os Estados Unidos já conta com ele em caso de um grande crash futuro. Ele também é um estudioso de filosofia. É um popperiano (epistemólogo) e segue muito à risca o livro de Popper “A Sociedade Aberta e Seus Inimigos”. Daria toda a sua fortuna para se tornar um filósofo famoso.
    A revolução eletrônica em curso não dá certo com o capitalismo clássico e sua Modernização, o socialismo real.
    Resta somente como única alternativa associá-la ao comunismo (o comunismo cibernético).
    odécio mendes rocha

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