Retroceder para saltar mejor

 

La Navidad no solo es una pausa en los quehaceres de la vida, sino tiempo denso para el encuentro festivo con familiares y amigos en torno a la celebración del Puer aeternus, el nacimiento de Dios bajo forma humana. La antropología cristiana va a afirmar que el ser humano sólo será plenamente humano si la Última Realidad, Dios, se hace también humana. Los Padres antiguos enseñaban que “Dios se hizo hombre (ser humano) para que el hombre se hiciese Dios”. Detrás está la comprensión, también de los modernos, de que el ser humano es impulsado por un deseo infinito que solamente descansa cuando en su proceso de individuación identifica una Realidad igualmente infinita que le es adecuada. Es la experiencia de San Agustín del cor inquietum (el corazón inquieto) que sólo se aquieta cuando encuentra finalmente el Infinito deseado.

Ese día principal tiene también un significado antropológico relevante: refuerza valores y sueños que deben sustentarnos durante toda la vida o por lo menos durante todo un año, sueños de paz, de reconciliación, de solidaridad y de amor. El año que entra, 2018, promete ser un año cargado de tensiones e incluso de violencias, en el mundo y en Brasil.

En el mundo existe el peligro de que dos líderes políticos, el presidente norteamericano y el jefe político de Corea del Norte, pierdan el sentido de la vida humana y de la responsabilidad por la Casa Común y desencadenen un proceso de guerra con armas nucleares que pueden poner en peligro la biosfera y las condiciones vitales de la civilización humana. No se puede jugar con el principio de autodestrucción que nuestra civilización tecnológica irracionalmente creó.

Tampoco debemos olvidar los lugares de gran peligrosidad para nuestro futuro: el Oriente Medio, la cuestión palestina nunca resuelta y ahora agravada con la intervención del presidente Ronald Trump al declarar a Jerusalén única capital del Estado de Israel, destruyendo los puentes frágiles de diálogo y de negociación entre israelitas y palestinos.

Sería demasiada insensibilidad no referirnos a los millones de personas hambrientas en el mundo, especialmente a los condenados a morir de hambre en África, niños y adultos. Es un viacrucis de sufrimiento, tanto más doloroso cuanto tenemos conciencia de que podríamos evitarlo totalmente, pues disponemos de condiciones tecnológicas y financieras para ofrecer a cada uno de los habitantes de este planeta una vida suficiente y decente. No lo hacemos porque todavía no sentimos al otro como un co-igual, un hermano y una hermana, un compañero en nuestro corto paso por la Tierra. No tenemos voluntad ético-política y humanitaria. Predomina el individualismo y el egocentrismo dentro de la lógica férrea de la competencia sin las señales específicas que nos hacen humanos: la solidaridad.

Vivimos, en términos globales, con la clara percepción de una ruptura civilizatori, es decir, el mundo no puede continuar tal como se organiza, pues nos llevaría a un camino sin retorno. Vale la pena repetir lo que dijo Z. Bauman en su última entrevista antes de fallecer: “Estamos (más que nunca antes en la historia) en una situación de verdadero dilema: o nos damos las manos o nos unimos al cortejo fúnebre de nuestro propio entierro en una misma y colosal fosa común”.

Brasil es nuestro caso particular. Vivimos desde 2016 tiempos de gran desamparo y desesperanza colectiva, causados por la destitución, cuestionada hasta hoy por las más lúcidas inteligencias jurídicas y políticas de nuestro país, lo que ha dado lugar a un Estado de excepción, con políticas sociales altamente restrictivas de derechos conquistados por el mundo del trabajo y por los más vulnerables, todo de espaldas al pueblo y en contra de preceptos constitucionales. Nadie puede decir cuál será el desenlace de la crisis de nuestro sistema político-social.

Tenemos la esperanza de que el sufrimiento colectivo no será en vano. Como dice un proverbio francés: “réculer pour mieux sauter” (“retroceder para saltar mejor”). Seguramente saldremos mejores de esta crisis, con un proyecto de nación más fundacional y soberano. El retroceso es para saltar mejor y más alto. Se trata de salvar y profundizar la democracia de cuño eco-social y las libertades democráticas.

Esta es una tarea no solo de este momento crucial sino una tarea del día a día, según las sabias palabras de Goethe en su Fausto: Sólo gana su libertad y su existencia aquel que diariamente las reconquista.

Estos son mis deseos para todos y todas en 2018.

*Leonardo Boff es articulista del JB online y en febrero saldrá publicado su libro Brasil: profundizar la refundación o prolongar la dependencia por la Editora Vozes 2018.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Frei Betto: ANO NOVO, VIDA NOVA

Ler FREI BETTO seja como analista social, escritor e homem espiritual é sempre um aprendizado. Publico este pequeno texto porque me identifico com ele. É bem isso que desejo a tantos que me seguem, ora com críticas severas,ora com benevolência. Não importa. O importante é que estejamos vivos e exerçamos a liberdade com a responsabilidade que cada um sente que pode exercer. A todos, homens e mulheres, desjp que sejam neste ano de 2018 um pouco mais humano e sensíveis aos outros que conosco compartem o pequeno tempo que o Supremo nos deu neste também pequeno Planeta: Lboff

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Estamos à porta de 2018. E o que fizemos de nós mesmos em 2017?

Há em nós abissal distância entre o que somos e queremos ser. Um apetite de Absoluto e a consciência aguda de nossa finitude. Olhamos para trás: a infância que resta na memória com sabor de paraíso perdido; a adolescência tecida em sonhos e utopias; os propósitos altruístas.

Hoje, o salário apertado num país tão caro; os filhos, sem projeto, apegados à casa e ao consumismo; os apetrechos eletrônicos que perenizam a criança que ainda resta em nós.

Em volta, a violência da paisagem urbana e nossa dificuldade de conectar efeitos e causas. Como se os infratores fossem cogumelos espontâneos, e não frutos do darwinismo econômico que segrega a maioria pobre e favorece a minoria abastada. O mesmo executivo que teme assalto e brada contra bandidos, abastece o crime consumindo drogas.

Ano novo. Vida nova? Depende. Podemos continuar a nos empanturrar de carnes e doces, encharcados em bebidas alcoólicas, como se a alegria saísse do forno e a felicidade viesse engarrafada. Ou a opção de um momento de silêncio, um gesto litúrgico, uma oração, a efusão de espíritos em abraços afetuosos.

No fundo da garganta, um travo. Vontade de remar contra a corrente e, enquanto tantos celebram a pós-modernidade, pedir colo a Deus e resgatar boas coisas: uma oração em família, a leitura espiritual, a solidão orante, o gesto solidário que ameniza a dor de um enfermo.

Reencontrar, no ano que se inicia, a própria humanidade. Despir-nos do lobo voraz que, na arena competitiva do mercado, nos faz estranhos a nós mesmos. Por que acelerar tanto, se temos que parar no sinal vermelho? Por que tanta dependência do celular e dificuldade de dialogar olho no olho?

Ano novo de eleições. Olhemos o país. As obras que beneficiam empreiteiras trazem proveito à maioria da população? Melhoram o transporte público, o serviço de saúde, a rede educacional? Nosso bairro tem um bom sistema sanitário, as ruas são limpas, existem áreas de lazer? Participamos do debate sobre a reforma da Previdência? Os políticos em quem votamos tiveram desempenho satisfatório? Prestaram contas do mandato?

Em política, tolerância é cumplicidade com maracutaias. Voto é delegação e, na verdadeira democracia, governa o povo por meio de seus representantes e de mobilizações diretas junto ao poder público. Quanto mais cidadania, mais democracia.

Ano de nova qualidade de vida. De menos ansiedade e mais profundidade. Aceitar a proposta de Jesus a Nicodemos: nascer de novo. Mergulhar em si, abrir espaço à presença do Inefável. Braços e corações abertos também ao semelhante. Recriar-se e apropriar-se da realidade circundante, livre da pasteurização que nos massifica na mediocridade bovina de quem rumina hábitos mesquinhos, como se a vida fosse uma janela da qual contemplamos, noite após noite, a realidade desfilar nos ilusórios devaneios de uma telenovela.

Feliz homem novo. Feliz mulher nova.

_Frei Betto é escritor e assessor de movimentos sociais

Indietreggiare per saltare meglio

 

Il Natale non è soltanto una pausa nella lotta per la vita, tempo pieno da dedicare agl’incontri festivi con i familiari e gli amici riuniti per celebrare il Puer Aeternus, la nascita di Dio sotto forme umane. L’antropologia cristiana affermerà che l’essere umano sarà pienamente umano soltanto se l’ultima realtà, Dio, sarà umano pure Lui. I Padri antichi della Chiesa insegnavano che “Dio si è fatto uomo (essere umano) perché l’uomo diventasse Dio” nell’intuizione, anche dei moderni, che l’essere umano è mosso da un desiderio infinito che si riposa solamente se riesce a identificare nel suo processo di individuazione una Realtà ugualmente infinita e adeguata a lui. E’ l’esperienza di sant’Agostino del cor inquietum (del cuore inquieto) che si quieta soltanto quando incontra finalmente l’Infinito desiderato.

Questo giorno più grande possiede pure un significato antropologico rilevante: rafforza valori e sogni che ci devono sostenere per tutta una vita, o almeno, per tutto l’anno, sogni di pace, di riconciliazione, di solidarietà e di amore. L’anno entrante, 2018 promette di essere un anno carico di tensioni e addirittura di violenze nel mondo e in Brasile.

Nel mondo c’è il rischio che due leader politici, il presidente nord-americano e il capo politico della Corea del nord, perdano il senso della vita umana e la responsabilità della Casa Comune e scatenando un processo di guerra con armi nucleari che possono mettere a rischio la biosfera e le condizioni vitali della civilizzazione umana. Non si può scherzare con il principio dell’autodistruzione che la nostra civiltà tecnologica ha creato irrazionalmente.

Non dobbiamo dimenticare i luoghi di grande pericolosità per il nostro futuro: in Medio Oriente, la questione Palestinese mai risolta e ora aggravata dall’intervento del Presidente Ronald Trump, quando ha dichiarato Gerusalemme capitale unica dello Stato di Israele, distruggendo i fragili ponti di dialogo e di negoziati tra Israele e i Palestinesi.

Sarebbe un eccesso di insensibilità non nominare milioni di affamati del mondo, specialmente quelli condannati a morire di fame in Africa, bambini e adulti. E’ una via crucis della sofferenza, tanto più dolorosa in quanto abbiamo la coscienza che potremmo evitarlo totalmente, dato che disponiamo di condizioni tecnologiche e finanziarie per offrire a ogni abitante di questo pianeta una vita sufficiente e decente. Non lo facciamo perché ancora non giudichiamo l’altro come co-uguale, fratello e sorella, compagno nel breve passaggio su questa Terra. Non abbiamo volontà etico-politica e umanitaria. Predomina l’individualismo e l’egocentrismo all’interno di una logica ferrea della concorrenza e senza segni specifici che ci fanno umani: la solidarietà.

Viviamo in termini globali la chiara percezione di una rottura di civiltà: cioè, così come il mondo si organizza non può continuare, dato che ci porterebbe su una strada senza ritorno. Serve ripetere quello che ha detto Z. Bauman nella sua ultima intervista prima di morire: “siamo (più che nella storia passata) in una situazione di vero dilemma: o ci prendiamo per mano oppure ci uniamo al corteo funebre del nostro stesso seppellimento in una stessa e colossale fossa comune”.

Il Brasile e il nostro caso particolare. Abbiamo vissuto dal 2016 tempi di grande sprotezione e disperazione collettiva fino al giorno d’oggi dibattuta dalle più lucide intelligenze giuridiche e politiche del nostro paese, dando luogo a uno Stato di eccezione, con politiche sociali altamente restrittive dei diritti conquistati dal mondo del lavoro e per i più vulnerabili, tutto voltando le spalle al popolo e a dispetto dei precetti costituzionali. Nessuno può dirci quale sarà la soluzione finale della crisi del nostro sistema politico-sociale.

Noi speriamo che la sofferenza collettiva non sarà inutile. Come dice un proverbio francese:” réculer pour mieux sauter” (“indietreggiare per saltare meglio”). Sicuramente usciremo da questa crisi migliori, con un progetto di nazione più radicalmente rifondata e sovrana. Indietreggiare serve a saltare meglio e più in alto. Si tratta di salvare e approfondire la democrazia di stampo eco-sociale e le libertà democratiche.

Questo è un compito non soltanto di questo momento sociale, ma compito continuo d’accordo con le sagge parole di Goethe nel suo Faust: “ottiene la sua libertà e la sua esistenza colui che le riconquista ogni giorno”

Questi sono i miei voti a tutti e a tutte del 2018.

Trad Romano Baraglia e Lidia Arato.

Leonardo Boff è Columnist nel JB on line . In febbraio uscirà il libro : Brasil: approfondire la rifondazione o prolungare la dipendenza. Per i tipi dell’editrice Vozes 2018.

Papa Francisco no teme la verdad ni en la Iglesia y ni en la política.

Nota: este es un texto de una charla dada en Buenos Aires en abril de 2017. Hay seguramente errores en mi español, por eso pido da comprensión de mis lectores/as. A todos, una ãno de 2018 con más esperanza, paz y resiliencia para superar las dificultades sociales que tanto afectan a las personas, particularmente a los más vulnerable. LBoff

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                   Papa Francisco no teme la verdad ni en la Iglesia y ni en la política.

 Actualmente sufrimos bajo un vacio clamuroso de liderazgos sea en la Iglesia sea en la sociedad. Pero alguien se aleja de esta mediocridad. És el Papa Francisco exactamente porque no teme decir la verdad.

El Papa que dice la verdad en la Iglesia

Nornalmente la Iglesia institucional, como todos los portadores de poder, hace un discurso equilibrista, pretendiendo estar por en cima de los conflictos y tensiones. El efecto es un discurso anodino, sin ningún tenor profetico y, en el fondo, no incidia en la sociedad.

Francisco que prefiere llamarse obispo de Roma que Papa, no viene de la crepuscular cristandad europea ( con solo 25% de los católicos), sino de las Iglesias nuevas no más colonials sino con raizes auctoctones. En ellas viven la gran mayoria de los católicos (más 62%) de tal forma que hoy se puede afirmar que el Catolicismo es una relgión del mundo periférico.

Una de las características más notables de este Papa es que no tiene miedo de decir la verdad. Denuncia los pedófilos en la Iglesia, los escándalos financieros del Banco Vaticano (IOR) y el tipo de Iglesia, cual fortaleza cerrada sobre si misma y apartada de la historia contemporánea. Quiere una Iglesia como casa abierta para todos, major, como un hospital de campaña que, sin preguntar por su situación, acoje a todos. Hace duras criticas a obispos y sacerdotes que no anuncian la belleza del evangelio y la alegria de la buena noticia, diciendo que parecen tener un rostro de vinagre, gente de viernes santo y tristes como se fueran a su propio entierro.

Al escuchar tales palabras y comparandolas con lo que he escrito en mi libro Iglesia: carisma y poder, condenado en 1984 por el entonces Card. Joseph Ratzinger después Benedicto XVI, por hacer, según él, algunas criticas de modo de los protestantes, a la predominancia en la Iglesia del poder sobre el carisma que conleva arrogancia y exclusion, el referido libro parece hoy un texto de piedad.

Pero para mí lo más valiente que ha dicho de cara la los nuevos cardinales, lo que gran parte de los teólogos lo pensaban pero jamás podrian decirlo sin ser inmeditamente censurado, es sobre el infierno. Dice el Pap frente al miedo del infierno con el cual la Iglesia atormentaba a los fieles: Dios no conoce una condenación eterna. Su misericordia es infinita y va más allá de la justicia. Habrá seguramente un juicio por que ni todo vale en este mundo. Pero él no es el ultimo acto de Dios, Padre y Madre de infinita bondad y msericordia. Dios siempre acaba por reconduzir a su casa a todos los que creó por amor y por que nacieron del corazón del Padre. Volverán en su momento a lo que les fué preparado desde toda la eternidade: la conmunión en el Reino de la Trinidad. Seguramente pasarán por la clinica purificadora de Dios, pero esto es la antesale del cielo y no del infierno.

Por eso se entiende la transposición que opera en la terminología de su anúnco: habla de la revolución de la ternura, de la alegria del amor matrimonial, de la belleza del evangelio que facina a las personas.

Más importante que la Iglesia es la creación amenazada de desaparecer – la razón de su encíclica sobre la ecología dirigida a toda la humanidad – y el compromiso de salvaguardar las condiciones que permiten la vida en la Tierra. Refuerza un nuevo tipo de ecumenismo, poniendo de parte la pretension de exclusidad pretendida por la Iglesia Catolica de ser la única Iglesia de Cristo. Importante es que las Iglesias se reconoscan mutuamente y todas juntas se pongan al servicio del mundo, especialmente de los más vulnerables

Tiene una clara opción por los pobres y sufrientes de este mundo. Busca una reconciliación con la teología de la libración, encontrandose con el padre de esta teología, Gustavo Gutiérrez y posteriormente con Jon Sobrino. No ha temido solicitar sugerencias del autor de estas lineas para escribir su extraordinaria encíclia “sobre el cuidado de la Casa Común” que según reconocidos ecólogos como Edgar Morin y otros, pone el papa en la vanguardia de la discussion ecológica mundial.

En una palabra, Francisco, obispo de Roma y Papa de la Iglesia ha reintroducido una primavera en la Iglesia, con el encantamiento que esta estación conlleva, después de un riguroso invierno bajo la severidad de las doctrinas y disciplinas de los papas anteriores. Se despojó de todos los títulos de poder, abandonó el palacio pontificio para vivir en una casa de huéspedes y servirse como los demás, porque, comenta con humor, “asi es más difícil que me envenenen”.

El eje estructurador de su predicación es la Tradición de Jesús. Es un término teológico, utilizado ultimamente para identificar la intención originaria de Jesús, anterior a la elaboración de los cuatro evangelios. Él no quiso fundar una nueva religión, sino a enseñarnos a vivir los bienes de su gran utopia el Reino de Dios, hecho de apertura total a Dios, de amor incondicional, de misericordia ilimitada y centralidad de los pobres y invisibles.

El resumen del mensaje de Jesús se encuentra en el Padre Nuestro: es afirmar a Dios como Padre nuestro y no solo mio, significando nuestra dimension hacia arriba y Pan nuestro, no pan mio, representando el enraizamiento del ser humano en la vida concreta. Solamente puede decir Amen quien mantiene unidos estes dos pólos: el Padre Nuestro en el cielo y el pan nuestro en la tierra, Padre de todos y pan para todos.

Por causa de la Tradición de Jesús, el Papa Francisco enfatiza que hay que poner el amor antes de los dogmas y de las doctrinas y los pobres antes de la disciplina. Hay que superar la obsession por el aborto, por el uso de los anticonpcionales y de la comunión de parejas en segunda nupcias. El evangelio no puede apequeñarse solamente a estas cuestiones, caso contraro, pierde su su fragancia y su belleza. De forma contundente dijo: “major no creer que ser un creyente hipócrita”. Y los laicos y jovenes dijo:”un cristiano que no es revolucionario no es cristiano; hay que ser revolucionarios de la gracia”. Otra vez los retó de la siguiente forma: “No sean más papistas que el papa, más resticitivos que la Iglesia”.

El Papa Benedicto XVI queria una Iglesia pura, Francisco prefiere una Iglesia accidentada por su andar por el mundo, pero inclusive y con puertas abiertas, sin los fiscales de la duana de la fé. Es una Iglesia en salida para el otro, para el mundo y para los pobres.

Resumiendo, el Papa Francisco no es eurocentrico sino abierto a la universalidad, no es eclesiocentrico, por que la Iglesia no se hace autoreferente, no es vaticanocentrico, por que prefiere dirigir la Iglesia de forma collegial y con amor y no de forma monárquica con el derecho canonico; vive en una casa de huéspedes y no en el palacio pontificio; no es papocéntrico por que pone en primer lugar el Pueblo de Dios y se siente como uno de sus miembros, seguramente con una misión para toda la Iglesia. Eso no lo impide de cargar su propio maletin, que compre sua pasaje par ir a la isla de Lampedusa por la Alitaia y que llama por el movil para atender  a alguien que le escribió una carta y que no olvida los amigos, como el sapatero y jornalero de Buenos Aires, llamandolos de vez en quando al teléfono como a viejos amigos.

Un Papa así devuelve confianza, moralidad y respectabilidad a la Iglesia frente a tantos cristianos que habían abandonado la institución. La Iglesia con él recupera una relavancia frente al mundo secular.

El Papa que dice la verdad en el mundo

        Lo primero que hay que reconocer en la dimensión pública y politica del Papa Francisco es su propia persona, carismática, sensilla, solidaria con el dolor del mundo y amigo de los pobres. Francisco es más que un nombre. És un nuevo proyecto de ejercicio del poder, realmente como servicio y no privilegio e instrumento de control.

Esto aparece claro en su total despojo de los titulos y privilegios que historicamente se fueron agregados a la figura de los Papas. En el Anuario Pontificio, en sus primeras páginas se suelen poner todos los títulos de honor, de los cuales los papas son portadores. Papa Francisco renunció a todo esto y puso sensillamente solo su nombre Fransiscus, sin ninguna calificación.

Todos los jefes de Estado disponen de un poderoso aparato de seguridad. Papa Francisco dispensó tal cuerpo y viaja aún en los lugares más peligrosos como en Egipto y en Sur de Sudan sin ninguna protección.

Argumenta: “yo no quise ser Papa. Fué Dios que lo quise; luego tiene que defenderme. Si me matan es una señal que Él, Dios, me ha llamado y encontonces, iré alegremente a su encuentro”. Quien puede hablar de esta forma tan libre y liberadora, diría mística de la vida y de la muerte? Solamente quien se siente en la palma de la mano de Dios. Por eso no tiene nada a temer.

         Además, pocos papas fueron tan verdaderos de cara a los males de nuestra cultura que afectan directamente a los más vulnerables. Es un Papa que tiene lado: es de parte de los últimos e invisibles y contra los que producen las desgracias a la humanidad y a la Madre Tierra.

Ataca duramente el sistema de acumulación y la idolatria del dinero. No utiliza la palabra capitalismo, para no crear dificultades a millones de catolicos que viven dentro de este sistema. Pero describe el sistema de una forma que fatalmente somos llevados a identificar el sistema del capital y sua cultura de consumo ilimitado, de indvidualismo, de falta de solidaridad y de producción de miseria y de heridas profundas en el cuerpo de la Madre Tierra.

Durisimo fué el discurso en la isla de Lampedusa adonde lllegan los refugiados de Africa y muchos se ahogan en el viaje. Dice:”Esta cultura del bien-estar lleva a la indiferencia con respeto a los otros, es la globalización de la indiferencia… Somos una sociedad que olvidó la experiencia de llorar, de compadecerse; la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar”.

Una sociedad que ya no llora con el que llora perdió su sentido de humanidad y efectivamente está en un camino de autodeterioro y de barbarie.

Curiosamnete al volver de su visita a Polonia dijo tajantemente en el avión cuando los periodistas abordaron el tema del terrorismo de raiz musulmana. El Papa con caraje dijo lo que los analistas no quieren oir. Las religiones y el islam no quieren la guerra, sino la paz. Los refugiados están en Europa ahora porque nosotros estuvimos por siglos allá en sus paises, robandoles las riquezas y imponiendoles nuestras formas de organizar la sociedad. El verdadero terrorismo es el sistema economico-financiero que se muestra anti-vida. “Debemos decir no a una economia de exclusión y de desigualdad social; esta economia mata”.

Como transparece, su discurso es directo, sin metáforas encubridoras, como suelen ser los discursos equilibristas de los pontífices anteriores que ponen más el acento en la seguridad y en la equidistncia que en la verdad y en la claridad de su propia posición. La posición de Francisco es clarisima: evangelicamente habla y actua desde de los pobres y condenados de este mundo y especialmente para los pobres. “Sobre esto”, enfatiza “ no debe subsistir dudas ni explicaciones que debilitan tal opción ya que existe un vinculo indissoluble entre nuestra fe y los pobres”.

En donde va el Papa buscar alternativas? En la encíclica sobre Como cuidar de la Casa Común repite 35 vezes la necesidad de cambiar nuestra relación hacia la naturaleza; cambiar y cambiar si queremos subsistir. Importaa no sentirse afuera de la naturaleza, como si fuéramos sus dueños, sino como parte de ella y los responsables por sua sostenibilidad; cambiar nuestra forma de producción, nuestro modo de consumir y repartir los bienes y servicios naturales.   No va beber en esta búsqueda de alterntivas en la Doctrina Social de la Iglesia, aún la respeta. Pero observa:”no podemos evitar de ser concretos para que los grandes principios sociales no se queden meras genralidades que no interpelan a nadie”. Para él, no podemos esperar nada de arriba, cuya logica es siempre más de lo mismo: la maximalización de las rentas sin otra consideración.

Francisco cree en los que está afuera del sistema y son totalmente desconsiderados por que poco producen y poco consumen. Confia en los de abajo. A raiz de esto reunió   por 4 veces los movimientos sociales popualares de todo el mundo, tres veces en Roma y una vez en Santa Cruz de la Sierra en Bolívia. Ahi fué muy claro: hay que reclamar los tres “ts”: “tierra, techo y trabajo”. Nadie sin tierra para sobrevivir, nadie sin techo para habitar, nadie sin trabajo para ganarse lo que necesita para vivir.

Esta es una parte. La otra, retó a los movimienstos sociales populares para ser los protagonistas de lo nuevo, de nuevas formas solidarias de producir, de cooperativas agroecologicas, de formas de consumo caracterizado por la sobriedad compartida y por un especial cuidado de la Madre Tierra que nos ofrece todo y es la base para lo que podemos proyectar en esta vida. Enfatizó tres puntos: poner la economia a servicio no del mercado, sino a la vida; construir la justicia social, base de la paz y cuidar de la Tierra, nuestra Casa común.

En sus viajes se ha distinguido por una convovocación al dialogo entre los pueblos y entre las religiones. Propone una cultura de la paz de cara a los más de 40 conflictos existentes con gran letalidad de personas y destrucción de bienes culturales. Varias veces ha advertido que el nivel de conflictos y tensiones en el mundo nos pone ya dentro de la tercera guerra mundial cuyas consecuencias son inimaginables para la especie humana y para el futuro de la vida.

Parece un profeta a clamar en el desierto, con extrema seriedad y a la vez con un sentido de esperanza de que podemos evitar la tragedia por que tenemos tecnologia, ingenio humano y más que todo por que creemos en un Dios que es “el soberano amante de la vida”(Sabedoria 11,26).

Talvez la colaboración más significativa politicamente haya sido su enciclica de 2015 Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común. El destinario no son los catolicos, sino la entera humanidad. El Papa se da cuenta de las amenazas que pesan sobre el sistema-vida y el sistema-Tierra. Hace una convocación general de cuidar de la Casa Común.

Francisco utiliza los datos más seguros de las ciencias y a partir de ellos mueve una critica rigurosa de las causas que llevaran a la actual situación: es principalmente el antropocentrismo por el cual el ser humano se juzga señor y dueño de la naturaleza y puede utilizarla a su antojo. Há elaborado un proyecto cultural hoy globalizado de explotación completa de todos los bienes e servicios naturales en function de la acumulación individualista y sin consideración de la destrucción de enteros ecosistemas. Esta voraciad ha producido una doble injusticia: una social con la producción de una incommensurable pobreza en gran parte de la humanidad y una ecologica con la lenta erosión de la base fisica y química que sustenta la vida.

No se trata de una ecología verde, como muchos la han calificado. Es mucho más amplia la vision de Francisco. Se trata de una ecología integral que involucra el ambiente, la sociedad, la mente humana (sus proyectos, valores y prejuicios), la política y por fim la espiritualidad. El documento incorpora la razón cordial y sensible que permite a uno sentir el sufrimiento de la naturaleza como suyo, que simultaneamente escucha el grito del pobre y el grito de la Tierra. Si queremos salvar la Tierra tenemos que alimentar “una passion por el cuidado del mundo…una mistica que nos impulsa, nos anima, nos motiva, nos encoraja” a amar la Madre Tierra y respectar sus limites internos.

Apesar de los llamados graves que hace   a todos, el Papa sucita tambien esperanza, sea en la capacidad de los seres humanos de despertar para su responsabilidad, sea utilizando la ciencia, hecha con conciencia, para salvar la vida y finalmente confiando en el Espíritu que según las escrituras judaico-cristianas es “Espíritu de vida” y el “soberano amante de la vida”. Al final expresa sua confianza escribiendo:”Caminemos cantando; que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quite la alegría de la esperanza (n.244).

Efectivamente ha dado un contenido politico a la esperanza y a la ternura. “La ternura no es debilidad, sino valentia.; es el camino de la solidaridad y de la humildad”. La esperanza es la capacidad de decir un “nosotros”. Y si juntos decimos nosotros “ahi empieza una revolución…el futuro desde el momento en que las personas se reconcen como faciendo parte de un “nosotros”. En eso reside la revolución social que se opone al “yo” solo y contra otros “yos”, actitud típica del sistema vigente, el capitalista.

Bien dijo Bruno Giussani, diretor europeo del TED (Tecnology, Entertaiment, Desing: organización de midias que organizan conversaciones y intercambios a nivel mundial): dijo: “Francisco se ha hecho la única voz moral, capcaz de alcanzar las persons más allá de las fronteras y propiciar claridad y proponer un mensaje convincente de esperanza”.

En un mundo lleno de palabras de odio y de prejuicios entre religiones y culturas, sus palabras suenan como una campana de paz, con una autoridad que viene de su irradiación de bondad, de un profundo humanismo y por una esperanza contra toda esperanza, valorando la belleza, la alegria de la vida y un entrañable cuidado hacia la Madre Tierra.

Leonardo Boff es ecoteólogo de la liberación, filosofo y escritor de Brasil